lunes, 18 de octubre de 2010

Diabetes Mellitus



Cuando una persona tiene diabetes su páncreas no produce suficiente insulina o el cuerpo no puede utilizarla adecuadamente y sin insulina la glucosa no puede entrar en nuestras células, por lo que la glucosa se queda en la sangre y se filtra a través de los riñones. La elevación en los niveles de glucosa en la sangre causa daño progresivo e irreversible de muchas partes del cuerpo.

Millones de personas tienen diabetes mellitus, frecuentemente llamada diabetes. La diabetes es una enfermedad seria y crónica causada por problemas con la producción de insulina.

Existen diferentes tipos de diabetes, las más frecuentes son la diabetes tipo 1 y la diabetes tipo 2.

Diabetes tipo 1. Esta forma del padecimiento se observa con mayor frecuencia en niños y adultos jóvenes, también se le conoce como diabetes juvenil o insulinodependiente. La causa no se conoce, pero los investigadores creen que es debida a factores genéticos (herencia) o ambientales. Es una enfermedad que no puede prevenirse.

En este tipo de diabetes, las personas no pueden fabricar insulina y deben inyectarse diariamente esta hormona para poder vivir. Los síntomas que se presentan más comúnmente son: orinar frecuentemente, sentir mucha hambre, cansancio, visión borrosa, sed intensa, pérdida de peso o irritabilidad.


Diabetes tipo 2. La mayoría de las personas con diabetes tienen la de tipo 2, que generalmente se observa en personas mayores de 45 años, también se le conoce como diabetes no insulinodependiente. Es una alteración del metabolismo que se asocia con obesidad, sedentarismo (falta de ejercicio) y malos hábitos alimenticios.

Los factores de riesgo de este tipo de diabetes son: antecedentes familiares, personas con sobrepeso, aquellas que no hacen ejercicio o tienen alteraciones de los niveles de colesterol y en mujeres que durante el embarazo tuvieron diabetes.

Esta enfermedad se presenta cuando el cuerpo no fabrica suficiente insulina o no puede utilizarla en forma correcta. Los síntomas más frecuentes son: cualquiera de los síntomas de la diabetes tipo 1, infecciones frecuentes, heridas que sanan muy lentamente, adormecimiento de manos o pies.


Con el crecimiento en tamaño y complejidad de la epidemia de diabetes, cada vez nos
hacemos más conscientes de que los médicos por sí solos no pueden ofrecer la atención
que las personas con diabetes necesitan. Para ayudarlas a vivir plenamente, las personas
con la afección necesitan los servicios de distinto personal sanitario, como enfermeros de
diabetes, dietistas, podólogos, psicólogos y oftalmólogos. El papel de la mayoría de ellos está bien definido; el enfoque de equipo multidisciplinar beneficia cada vez a más personas con diabetes en todo el mundo. Sin embargo, el potencial de algunas especialidades, como la fisioterapia, apenas se ha explorado.


Prevención de la Diabetes

El Proyecto de Prevención de la Diabetes demostró que la modificación del estilo de vida, que incluye el ejercicio intensivo, es más eficaz a la hora de prevenir la diabetes que el tratamiento farmacológico, y destaca el papel de los profesionales preparados a la hora de motivar a las personas para que sigan las modificaciones de su estilo de vida. Se han documentado resultados similares en el Estudio de Malmö, el

Estudio Da Qing, el Estudio Finlandés de Prevención de la Diabetes y el Estudio Wenying. Los fisioterapeutas pueden ayudar a las personas a planificar un programa de ejercicios personalizado a fin de mantener un buen control glucémico y conseguir el peso ideal.

Además, la fisioterapia genera mejoras metabólicas incluso ante la ausencia de pérdida de peso, reduciendo la frecuencia de eventos cardiovasculares y mejorando la esperanza de vida. Si se consigue que el paciente siga los consejos sobre el ejercicio garantizaremos el bienestar cardiorrespiratorio y musculoesquelético. Esto ayuda a las personas con diabetes a mejorar su calidad de vida, y contribuye a mantener el control general de la glucosa en sangre. El uso de terapias alternativas, como el yoga, puede ayudar a lograr una salud cardiorrespiratoria óptima.





domingo, 17 de octubre de 2010

El VIH y El SIDA

El sida es la manifestación en estado avanzado del virus VIH (virus de inmunodeficiencia). La función del virus es atacar directamente sobre el sistema inmunológico y esto impide que las defensas ataquen ante la presencia de virus o bacterias que generan otras enfermedades. El significado de la palabra sida es síndrome de inmunodeficiencia adquirida.


El VIH se contagia a través de la sangre, el semen y los fluidos vaginales, lo que sucede al entrar el virus al organismo es que este lo ve como extraño y se defiende a través de las células denominadas linfocitos, el virus VIH ataca a los linfocitos los debilita incapacitándolos para reconocer y atacar otros agentes extraños.


El virus continúa multiplicándose, y el organismo se hace más débil frente a otro tipo de enfermedades. Las enfermedades que se vuelven más peligrosas en esta circunstancia son las infecciones y los tumores.

La persona portadora de VIH por lo general no presenta ningún tipo de síntomas, y tampoco manifiesta la enfermedad, pero si lo transmite a otras personas, y el hecho de tener el tipo de enfermedades que nombramos anteriormente que también se le conocen como enfermedades marcadoras o trazadoras. Ellas muestran la evolución de la infección, junto con esto el virus provoca alteraciones en el aparato digestivo y en el sistema nervioso. Se dice que la persona tiene sida cuando el VIH manifiesta el grupo de infecciones.


La aplicación de un trabajo fisioterapéutico con pacientes infectados por VIH-SIDA esta basado en una adecuada evaluación diagnostica que de acuerdo al resultado y su análisis determina las alteraciones musculoesqueleticas, psicomotoras y neurológicas mas relevantes a tratar, abordando al paciente con un enfoque individual e integral según el estadio y compromiso de la enfermedad.